Lo único que es un fin en sí mismo es el hombre, nunca puede ser utilizado como medio - Kant

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Etica en el Modelado de la conducta.

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Objetivo: Analizar las distintas técnicas de modificación y reforzamiento de la conducta en niños, adolescentes y adultos, donde daremos un sustento para los aspectos de modelado o modificación de la conducta en las personas pero, ¿quien dice que lo que suponemos debemos modelar es correcto? cuando en realidad es un aspecto totalmente subjetivo a juicio de las normas morales en las que se encuentre el individuo, pero no es realmente así en cada cultura, ya que la diversidad cultural nos pide comportamientos muy particulares para engranar en la maquinaria social, en el presente se darán los argumentos para esta reflexión.
Para iniciar tenemos tres tipos de modificación de la conducta basadas en el conductismo, que son el condicionamiento clásico, que trabaja de manera natural a estímulos a los que no podemos oponer resistencia, tales como reconocer el sonido del teléfono y buscar el aparato para contestar la llamada o asumir quien puede llamar a esta hora por las experiencias pasadas o reconocer el olor de un pastel que nos gusta y al mismo tiempo asociarlo con un recuerdo agradable, estas conductas son innatas en los seres vivos, y aquí yo le llamaría, respuestas de bajo nivel, como en la programación, luego tenemos las conductas operantes, que van en función a estímulos externos que nos produce cambios de conductas, como evitar castigos o conseguir premios o recompensas, que pueden ser materiales, de reconocimiento, de valor social, entre otras, y por último tenemos las técnicas sociales o aprendizaje vicario, que se basa en la observación imitando conductas que van modelando al individuo. En estos tres grupos de técnicas el comportamiento o modelado va en función de lo que podemos sentir o imitar del exterior al sujeto, pero también existen conductas internas a la persona, aquí puedo suponer que están enterradas en el inconsciente, tales como miedos o fobias a las cuales la persona no puede controlar su comportamiento y éste es el caso de la Desensibilización sistemática, donde gracias al apoyo conductual, la persona va perdiendo gradualmente esos miedos o fobias a las cuales no tiene control, ahora podemos notar que cada individuo tiene distintas necesidades y temores, que si bien estas necesidades pueden ser encuadradas en la pirámide de necesidades de Maslow o analizar las necesidades de cada persona mediante la observación, con la finalidad de encontrar la técnica de modelado más indicada para el sujeto, 
Pero también debemos conocer las conductas de reforzadores naturales, llamadas trampas de comportamiento. En su artículo de 1967, Refuerzo arbitraria y Natural, Charles Ferster propuso clasificar refuerzo en los eventos que aumentan la frecuencia de una operante como una consecuencia natural de la propia conducta y los eventos que se supone que afectan la frecuencia de sus necesidades de la mediación humana, como en una economía de fichas, donde los sujetos son "recompensados" con certeza el comportamiento con una señal arbitraria de un valor negociable. En 1970, Baer y Wolf crearon un nombre para el uso de reforzadores naturales llamadas "trampas de comportamiento" en las que la persona se encuentra atrapada sin darse cuenta que lo está, donde estas trampas requieren una sola respuesta sencilla para entrar en ella y asociarla a respuestas futuras, estas trampas resultan justificaciones o gratificaciones para la persona que refuerza su comportamiento errado, aquí es donde me gustaría citar los problemas del pensamiento egocéntrico.


El pensamiento egocéntrico surge del triste hecho de que los humanos no solemos considerar los derechos y necesidades de los demás, ni solemos apreciar el punto de vista de otros o las limitaciones de nuestro punto de vista. 


No reconocemos las suposiciones egocéntricas, el uso egocentrista que hacemos de la información, la forma egocéntrica en la que interpretamos datos, la fuente egocéntrica de nuestros conceptos e ideas ni las implicaciones de nuestro pensamiento egocéntrico.

No solemos reconocer nuestra perspectiva egoísta. Nos damos cuenta de nuestro pensar egocentrista cuando nos adiestramos para ello.

Como humanos, vivimos con un confiado, aunque irreal, sentido de que sabemos cómo son las cosas y que somos objetivos. Creemos, por naturaleza, en nuestras percepciones intuitivas aunque sean erróneas. En lugar de usar estándares intelectuales al pensar, usamos unos estándares psicológicos egocéntricos para determinar lo que creemos y lo que rechazamos.

A continuación algunos ejemplos de los estándares psicológicos más utilizados:
  1. “Es cierto porque creo en ello.” Egocentrismo innato: Parto de la premisa que lo que creo es cierto aún cuando nunca he cuestionado las bases de mis creencias.
  2. “Es cierto porque creemos en ello.” Sociocentrismo innato: Parto de la premisa que las creencias dominantes dentro del grupo al cual pertenezco son ciertas aunque nunca haya cuestionado las bases de esas creencias.
  3. “Es cierto porque quiero creerlo.” Cumplimiento de deseos innatos: Creo en, por ejemplo, historias de conducta que ponen (a mí o al grupo al que pertenezco) en una perspectiva positiva en lugar de negativa aunque no haya considerado con seriedad la evidencia de las historias negativas. Creo en lo que “se siente bien”, lo que apoye mis otras creencias, lo que no me exija que cambie mi modo de pensar de forma significativa y lo que no requiera que admita que me equivoqué.
  4. “Es cierto porque así siempre lo he creído.” Auto-validación innata: Tengo un fuerte deseo de mantener las creencias que he tenido por mucho tiempo, aunque nunca haya considerado hasta qué punto estén justificadas de acuerdo a la evidencia.
  5. “Es cierto porque me conviene creerlo.” Egoísmo innato: Me aferro a las creencias que justifiquen el que tenga más poder, dinero o ventajas aunque esas creencias no estén basadas en razones ni en la evidencia.
Ya que los humanos tendemos a evaluar el pensamiento siguiendo los criterios arriba mencionados, no es de sorprender que, como especie, no hayamos desarrollado un interés en establecer y enseñar estándares intelectuales legítimos. No es de sorprender que nuestro pensamiento sea defectuoso. Somos, en realidad un “animal que se engaña a sí mismo.” La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano. Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filósofo alemán.

En estos casos podemos notar, por ejemplo, muchos profesores te recuerdan no ocupar wikipedia, cuando parece ser, no se tiene la idea del cúmulo de conocimientos que se integran diariamente de manera relacionada, directa, congruente y con referencias y esto obedece a esas trampas de comportamiento donde encajonamos aspectos, que se consideran inadecuados, diciendo: "Es cierto porque creemos en ello", Sociocentrismo innato, Parto de la premisa que los criterios dominantes dentro del grupo al que pertenezco son ciertas aunque nunca haya cuestionado las bases de esas creencias.

Aquí quiero hacer una reflexión, ¿qué comportamiento es en realidad aceptable? pues en realidad cada cultura tiene sus normas de comportamiento y varias de ellas son conductas sociales o de imitación y otras son Psico-afectivas. Es bien sabido que cada cultura se expresa de diversas maneras y tiene características específicas que la hacen perteneciente a un tipo determinado de sociedad y no a otra, así, tienen un lenguaje especial, algún tipo de expresión artística, organización social determinada, entre otros aspectos. Por tanto, la expresión de los procesos psicológicos denominados psico-afectivos (motivación, emoción y todo lo que envuelve la personalidad) no son la excepción; a continuación procederé a realizar un pequeño recorrido por algunas culturas hablando precisamente del papel que desempeñan dichos procesos en la cotidianeidad de sus habitantes.

Un primer caso, lo encontramos hacia 1972, cuando el antropólogo Colin Turnbull realizó un estudio sobre una tribu de cazadores de las montañas del norte de Uganda, denominados Ik. En dicha tierra, el gobierno decidió crear un parque nacional, por tanto, los Ik fueron desplazados de allí a otras tierras, lo cual tuvo un efecto bastante nocivo sobre esta población. Al verse desprovistos de su fuente común de comida y viéndose obligados a cultivar en tierras rocosas y áridas, los integrantes de esta comunidad comenzaron a morir de hambre y a medida que esto ocurría se debilitaba su estructura social. Así, los dominaba el hambre como motivo y la búsqueda de alimento como la conducta que de allí se desencadenaba; con el paso del tiempo, la búsqueda obsesiva de comida hizo de cada persona de la tribu un enemigo del otro. Los afectos pasaron a un segundo plano y contribuyó a que las relaciones se hicieran cada vez más difíciles. A tal extremo llegaron que a los niños que no encontraban alimento se les encerraba en jaulas hasta que morían y de igual forma se hizo con los abuelos. (Davidff, 1989). Mostrando así la fortaleza de la motivación en la naturaleza humana.

Como segunda medida, refriéndonos a aquellos procesos que incluyen la agresión, frustración, estrés y sus derivados, encontramos que en Malasia Central los 13000 Semais no tienen policía y se desconoce el asesinato. No existen los golpes ni entre adultos ni entre niños ni de adultos a niños. Por otra parte, lo huterias (en Montana) han vivido cerca de cien años en un aislamiento casi total del mundo exterior, y han establecido una sociedad comunitaria, en la cual todo se comparte, desde el trabajo, hasta la comida y para mantener esto han enseñado a los niños a inhibir cualquier signo de ira (Davidoff, 1989). Afirmando con esto, que en otras culturas a diferencia de la nuestra, la agresión y todo lo que ella conlleva no es una parte inherente al ser humano, sino que es un constructo cultural que puede crear otras alternativas, como las nombradas anteriormente.
A este respecto, Maslow (1954) afirma que “existen personas como los Arapesh que son tan suaves, tan amistosos, tan poco agresivos, que difícilmente encuentran un hombre lo bastante independiente como para organizar sus ceremonias”. Contrario a lo anterior, habla de los Chukchi y los Dobu que según el mismo autor “están tan llenos de odio que uno se pregunta como no se han exterminado totalmente”.
Existe además, un grupo de indios llamados los Pies Negros del Norte, quienes con una población aproximada de 800 habitantes, sólo han tenido 5 peleas a puños en los últimos 15 años. Poseen un humor muy amistoso, reducen los chismes a lo que escriben en sus periódicos sin perjudicar a nadie, utilizan la brujería y la religión para el bien común y especialmente con fines curativos. Y, contrario a lo que muchos pensarían no es un grupo débil, sino que son una comunidad fuerte, orgullosa y resistente; sino que, han basado sus relaciones en la armonía y beneficio general, en lugar de hacerlo en la agresión por considerarla equívoca, lastimosa o loca Maslow, (1954).
Así, estos han sido diversos ejemplos de culturas con sus expresiones de algunos procesos psico-afectivos pertenecientes a la especie humana.

Otras son como Jung las propone en su teoría del inconsciente colectivo, que se basa en las máscaras sociales que construimos en base a esquemas socialmente aceptados y que nos alejan de nuestro yo verdadero, comienza Jung planteando en su obra Tipos psicológicos el hecho claro de que un individuo normal nunca puede manifestar una pluralidad de personalidades, pero sí la posibilidad en potencia de una disociación de la personalidad. También en individuos normales existen vagas huellas de una escisión del carácter. Basta observar cómo se modifica la personalidad de un individuo en distintas circunstancias, al pasar de un ambiente a otro. En cada ocasión aparece un carácter bien definido y distinto del anterior. Dos ambientes totalmente distintos exigen dos actitudes totalmente distintas. Dichas actitudes generan un desdoblamiento del carácter según el grado de identificación del yo con las mismas.
Una persona así no dispone de un carácter real, no es individual sino colectivo, correspondiendo a las circunstancias generales. Si fuese individual tendría el mismo carácter a pesar de la variedad de la actitud. No sería idéntico a la actitud correspondiente y su individualidad se expresaría en toda situación.
Mediante su identificación más o menos completa con la actitud adoptada en cada caso engaña cuando menos a los demás, y a menudo se engaña también a sí mismo, en lo que respecta a su carácter real; se pone una máscara, de la que sabe que corresponde, de un lado, a sus intenciones, y, de otro, a las exigencias y opiniones de su ambiente; y en ello unas veces prepondera un elemento y otras el otro. A esa máscara, es decir, a la actitud adoptada ad hoc, yo la llamo persona. Con ese término se designaba la máscara que en la Antigüedad llevaban puesta los actores teatrales.
Existirían por tanto una personalidad externa y una interna.
A la actitud externa, al carácter externo lo designo con la palabra persona; a la actitud interna, con la palabra ánima, alma.


La "máscara"

La sociedad nos exige ciertas actitudes y conductas para ser aceptados en ella. Jung explica cómo se moldea la imagen de cada individuo a través del concepto de persona, aquella faceta de la personalidad que representa nuestra imagen pública. La persona responde a las exigencias sociales, es la "máscara" que nos ponemos para salir al mundo.
Comienza por ser un arquetipo y con el tiempo la vamos asumiendo como propia, hasta que llega a ser parte de nosotros mismos. Esta máscara se convierte en una verdad donde lo individual -lo original- es mal visto o desaparece (es reprimido) y eso que nos hace diferentes del colectivo, pasa al inconsciente, transformándose en "lo disfuncional" de la personalidad.
Así, la máscara sirve para cubrir la vida íntima del individuo frente a los demás, y al mismo tiempo le permite adaptarse al medio en los términos que más le convienen. Para ello hay que sacrificar muchos factores humanos individuales (instintos, formas de pensar y sentir) a favor de esa "imagen ideal" que necesita reflejar el individuo. En su mejor expresión, la máscara constituye la "buena impresión" que todos queremos dar al colectivo.

La "sombra"
Según Jung, la "sombra" es una zona oculta de nuestra personalidad, nuestro lado más oscuro. Se manifiesta en sentimientos e ideas que el mismo individuo considera censurables, irritantes, desagradables y destructivos, a partir de lo que socialmente aprende como "bueno" y "malo".

Todos poseemos una sombra y, de una manera u otra, tratamos de inhibirla, negarla o rechazarla. Así, podemos llegar a ignorar lo que nuestra sombra contiene. A veces necesitamos que ocurran ciertos eventos en nuestra vida que nos revelen esa zona oscura, inhibida de la personalidad. Es cuando escuchamos decir: "Yo no sabía que era capaz de odiar tanto", "No sé cómo pude hacer algo tan estúpido", "Perdí el control", etc. y en realidad es muy posible que los modelos de comportamiento sociales alejen al individuo de ser auténtico, esto lo podemos notar en novelas como "1984" y "Un mundo feliz", y es posible que el individuo se resista a cambios conductuales que afectan su yo verdadero, pero algo si puedo afirmar en un ambiente social, y qué, realmente estoy muy convencido de ello, es el imperativo categórico de kant, que nos dice, "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio", con esto quiero distinguir los cambios de conducta que sí deben ser modelados, como toda conducta narcisista, egoísta, manipuladora, que fomente miedos y pasiones personales, tales como rabietas, ira, agresión, hurto, abuso, gula, anorexia, asesinato y toda conducta que no busque ver al hombre como fin, esto nos puede ayudar a distinguir los comportamientos que deben ser reforzados por modelos conductuales antes mencionados y que, evidentemente el individuo no desea cambiar.

Con lo anterior ya tenemos el qué y él por qué, y bajo la misma línea, predicando con el ejemplo no podemos ocupar técnicas de modelado que se basen en lo que no es adecuado, como el castigo positivo, pero si el castigo negativo, por dar un ejemplo, pero como lo podemos ver los reforzamientos tienen una curva que cuando no se refuerza, sube e inicia su caída hasta extinguirse, esto nos dice que nuestros refuerzos ya sean positivos o negativos son de cierta duración, por lo tanto me parece muy adecuado ocupar técnicas que actúen de manera contraria y basada en la extinción, que se trata del método operante más utilizado para disminuir la conducta y consiste en disminuir la probabilidad de una respuesta reforzada dejándola de reforzar, estas técnicas son: Extinción, generalización, tiempo fuera, etc., y basadas en refuerzos positivos, como la economía de fichas, etc.

Ahora bien, en 1993 la división de salud mental de la organización mundial de la salud determinó la iniciativa internacional para la educación de habilidades para la vida en las escuelas, estas son 10 que son: autoconocimiento, manejo de problemas y conflictos, Empatía, pensamiento crítico, comunicación asertiva, pensamiento creativo, relaciones interpersonales, manejo de emociones, toma de decisiones y manejo de tensiones y estrés, este apunte lo quiero hacer por la necesidad de manejar técnicas que ayuden a mejorar la asertividad, como el entrenamiento asertivo y en el aspecto de toma de decisiones, el entrenamiento en resolución de problemas creadas por D'Zurilla y Goldfried que es una estrategia cognitiva-conductual o como ya lo mencioné antes, técnicas como la desensibilización sistemática, que realmente ayudan a mejorar las habilidades sociales, pero también las técnicas positivas basadas en las consecuencias, ya que en la vida es muy importante que el individuo sepa y tenga claro que toda acción tiene consecuencias.


BIBLIOGRAFÍA: 

Labrador, F.J, Cruzado, F. J & López, M. (2005). Manual de técnicas de modificación y terapia de conducta. Editorial Pirámide.
MARTIN, G. PEAR, J. (2007). Modificación de conducta. Qué es y cómo aplicarla. Madrid. Pearson.
D'Zurilla, T. J. (1986). Problem Solving Therapy. New York: Springer.
Davidoff, L (1989). Introducción a la Psicología. McGraw Hill: México
Maslow, A (1954). Motivación y personalidad. Sagitario S.A: Barcelona.

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