Nada que hacer
Hay momentos que no hay nada que hacer... momentos donde sentimos impotencia más que dolor o cualquier otra sensación, por más intentos que hacemos para crear relaciones humanas duraderas y estables, basadas en el amor, sentimos que no logramos nada y no vemos otra salida que dejar que pase... donde no hay nada que hacer, estas líneas de Edel Juárez nos recuerdan, que no somos los únicos y qué, nos falta la fe.
Nada que hacer.
no hay nada que hacer
ni que remediar,
si es cosa de niños aventar el tablero
después de jugar.
aceptar que ya viene,
que se acerca el final.
no es falta de amor,
nos falta paciencia
y a últimas fechas
me falta la fe.
si el amor no fuera moneda corriente,
si tan solo el olvido encontrara la ocasión
de tomar por sorpresa lo que le pertenece,
lo que escondo y ahogo en un mar interior.
si quererte fuera más sencillo,
si las distancias no fueran golpe bajo el cinturón.
si entendiéramos de una vez y por siempre
que el tiempo perdido nos guarda rencor.
y si llegara a pasar
que de nuevo perdemos
la ruta trazada, los objetivos, las marcas,
y en sitios distintos nos alcanza el adiós,
y nos corta las alas y nos marca en la frente.
si un día nos queda el traje del gran perdedor,
y nos sentimos extraños y nos volvemos lo mismo
y hasta el espejo confunde el ayer con el hoy,
¿por qué no volver a buscar un principio?
tenemos mapas marcados por toda la piel,
es historia de ambos, pasado y futuro,
crónica exacta de lo que pudo ser.
Edel Juárez
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